jueves, 22 de agosto de 2013

Al ritmo de los demás.

"La mayoría de las veces caminamos la vida adaptando nuestros compases a tiempos y sonidos ajenos. En esa incesante adaptación  nuestra música pierde su propio ritmo de evolución y transmutación, y cometemos el error de creer que olvidando nuestra esencia vamos a ser queridos y aceptados"
Esther Buk.
 
¿Cuántes veces nos a pasado algo así? Y lo peor de todo es que ni somos aceptados, ni somos queridos y terminamos siendo juzgados, señalados e infelices pues no hacemos lo que realmente deseamos o no somos lo que realmete queremos ser.
Todo se vuelve una acción en cadena: Cómo no eres feliz, no dejas ser feliz a la gente de tu alrededor y esa gente se vuelve infeliz y no deja vivir a la gente que está cerca de ellos  y todos comienzan a culpar a medio mundo de su infelicidad  cuando él único culpable de todo eso eres Tú. ¿Por qué? Porque tocas el ritmo que la gente desea y no dices "Basta".
Una vez mi psicólogo me dijo que para poner un alto a la gente sólo se necesitaba de una palabra, que en el tono que uno la dijera, era una palabra fuerte y muy efectiva y esa palabra es "Basta".
-Cuando digas basta Alicia...la gente va  a dejar de meterse contigo-fue lo que dijo mi psicólogo en esa ocasión.
Tristemente aún no he tenido la fuerza y valor para decir "Basta"  a mucha gente. He dicho "Basta" a situaciones, más no a personas y tristemente aunque me revelo, sigo tocando el ritmo que la gente desea. Sigo los compases que mi mamá desea, él ritmo de mi tía-madrina, a veces el ritmo de mi Padre... y la verdad no soy feliz....no soy infeliz., pero no puedo presumir que sea una persona feliz y lo peor de todo-cómo había escrito renglones arriba-no me aceptan del todo, quererme si lo hacen, pero de una manera muy compleja y egoísta que ni logro entender, pero no me respetan  al momento que me manipulan como ellos desean.
Y creo que como yo hay mucha gente. ¿Por qué permitimos eso? ¿Es tan poco nuestro amor a nosotros mismos que por eso permitimos que nos manipulen?
Es terrible que gente que creemos que nos aman, llámese mamá, papá, hermano, primo, tía, vecino, amiga, esposo, novia, etc. nos manipulen y obliguen de manera subconsciente o conciente a que seamos como ellos desean que seamos, pero es más terrible que nosotros se los permitamos; como también es terrible que siendo víctimas de eso, nosotros seamos victimarios de otras personas y los manipulemos ´para que toquen el compás que deseemos.
¡Basta!
Es momento que digamos basta, nos amemos, nos respetemos y nos aceptemos tal cuál somos y caminemos a nuestro ritmo, con los compases que nosotros deseemos, por que: "Si yo no soy para mí y yo no soy para mí mismo, ¿Quién es para mí? ¿Y si no es ahora, cuándo?"  (Zeide José Buk).
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario